dimarts, 13 d’octubre del 2020

La Nación de Naciones


El problema que me plantea el considerar el inicio de la nación española en Covadonga, es que del mito de origen astur, enlaza por arte de biribirloque con reyes castellanos, cuando en época de Don Pelayo que no fue real como buen personaje motológico, Castilla no era aún ni el condado que llegaría a ser más tarde y aún mucho más tarde, el reino de Castilla, o como si España fuere nada más que Castilla. El problema del centralismo es que esa fuerza centrípeta deja aquellos territorios más alejados a su suerte como nave sin timón, al envite de las olas, ya se estrelle contra las rocas y se hunda definitivamente. Cada hijo de vecino con su idiosincrasia…

Una nueva corriente filosófica nace para justificar lo injustificable, poner los pilares para el pensamiento  neofascista, el Estado centralista, monolingüe, monocolor, mono pensador,...mmm Interfiere dicha teoría contra la realidad. Todo discurso epistemológico debe poder ser contrastado con la realidad social, política, cultural, económica... 

La negación identitaria de lo que son las Españas, es una aberración de catastróficas consecuencias si alguien pretendiera que este aglutamiento de naciones (nación de naciones, TC dixit) permaneciera unido. In pluribus unum, eso fue antetodo la primigenia patria de los españoles, diferentes reinos unidos solo por una idea federal de "tanto monta, monta tanto". Si negamos a aquellas naciones constituyentes(Corona y Reino de Castilla junto con la Corona de Aragón, que aglutina los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y al principado de Cataluña, además de otros reinos que hoy en día han sido emancipados) de lo que en su momento ha devenido en ser las Españas, recurrimos a un cegato fascismo centralista y castellano, señora Paloma pajarraca Hdez., porqué en el centro geográfico, político y económico de esta España suya, se sitúa Castilla, castellanos siempre mirándose ombligo para adentro, "España es sólo Castilla y Castilla es sólo Madrid!". Si esta es la idea de España sobre la que quieren construir un marco de "convivencia" para la sociedad, acabarán pidiendo referéndum de autodeterminación hasta en Valladolid y sálvese quien pueda. La historiografía nos aclara que Amadeo I de Saboya (1870) es el primer Rey de España, hasta entonces desde 1714 (Decretos de Nueva Planta, recuerda señora Hernández?) había solo un reino, el de Castilla, ésa es la España Uniforme, término que se contrapone a la España Incorporada o Asimilada (reinos de la Corona de Aragón, y bien he dicho reinosss) y la España Foral (Navarra y Euskadi)... después hablarán de que no ha existido nunca un centralismo castellano. La realidad histórica indica que hasta la fusión castellanizante, hubo en las Españas fueros y ordenamientos jurídicos paralelos, y no pocos, de esas Españas no castellanas. Se dice que es más lo que nos une que lo que nos separa, pero esa misma afirmación se puede extrapolar a vecinos lusitanos, galos, incluso italianos o germanos. Entonces qué es lo que realmente nos uniría? La voluntad, simple y llanamente dicho, de permanecer unidos unos y otros y no con otros terceros, con los que también podríamos encontrar lazos de unión. Cual es el mejor pegamento para construir un estado sólido? La voluntad de construir en común, pero cómo sabremos cual es nuestra voluntad si no somos consultados mediante referéndum, por medios y garantías realmente trasparentes, realmente democráticos? De este modo nos aseguraramos que es español el que quiera serlo.

La negación de la identidad, el "túnoeresná, nunca has sidoná y nuncanlavía serasná", es algo que por infantil que suene, está en el discurso de la extrema derecha reaccionaria más mohosa. Cataluña existía, antes si cabe que el Reino de España (1870, recuerden a Amadeo de Saboya), como entidad soberana y formadora de la Corona de Aragón (uniéndose el principado de Cataluña* al reino de Aragón, por tanto Corona y Reino aquí son cosas distintas, no como en Castilla) que fue a su vez sujeto constituyente de lo que más tarde ha devenido en el Reino de España (1870).
* Ramon Berenguer IV, comites barcinonensis et princeps Cataloniae, y mucho después... princeps aragonae, en virtud del conveniente matrimonio con Petronila de Aragón.

La afirmación de que los catalanes nunca tuvieron un reino es cierta, puesto que "sólo" tuvieron seis reinos (Aragón, Mallorca, Valencia, Nápoles y Sicília, Cerdeña) aparte de tres principados (Cataluña, Atenas y Neopatria). Pero si no lo hubieran sido nunca, tampoco ello sería obstáculo para ejercer su derecho de autodeterminación pues tampoco constituyeron nunca reinos Suiza, Luxemburgo, Mónaco, Andorra, Estonia, Letonia, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda… 

El reconocimiento nacional de parte del reino es anterior a la Constitución, por tanto la configuración territorial está por encima de la propia carta magna, y lo vemos rerflejado en el Título VIII de la mencionada norma, al reconocerse los derechos de esos territorios con estatuto de autonomía previos al régimen de Franco, como nacionalidades históricas, que es lo mismo que decir naciones. 

Existen multitud de rasgos diferenciales entre los españoles de hoy en día, lingüísticos, culturales, históricos, sociales, económicos, geográficos… ello corresponde a la diversidad que se halla en el reino, no siendo ésto un problema a tratar como muchos creen sino una riqueza a promocionar. 

Lo que podría unir a los ciudadanos es, sobretodo, la voluntad, de permanecer unidos, de ser miembros de pleno derecho y formadores de aquello que se ha dado a conocer como Estado, el interés de unirnos. Para que ello acontezca no puede darse ninguna sensación de inequidad entre individuos, por razón de su lugar de residencia, lengua materna o cualquier otra característica intrínseca, cosa que en la actualidad no pasa. Esta discriminación lingüística, cultural, económica, social,... existe y se hace patente al contrastar los datos de la realidad.
En el plano lingüístico, por ejemplo, más de quinientas leyes imponen la lengua de Cervantes, pero el borrador de estatuto habla del deber de conocer el catalán y los nacionalistas,... los auténticos: los centralistas, ponen su grito en el cielo. No se puede mandar ninguna canción a Eurovisión que no sea en castellano porque es la "lengua común", aunque sí se puede cantar en otro idioma si es en inglés, porque mola mazo.